Seguridad vial y género: diferencias al volante

De las licencias vigentes, sólo 3 de cada 10 pertenecen a mujeres. Sin embargo, durante los últimos años la participación femenina en la conducción demuestra una tendencia creciente. Entre 2019 a 2022 la emisión de licencias para mujeres pasó del 28% al 31% .

Y si tenemos en cuenta su conducta a volante, un rasgo que caracteriza a las mujeres es que tienen un mayor respeto por las normas de tránsito. Y esto lo deja en evidencia el informe “Seguridad Vial con Perspectiva de Género“ que realizó la Agencia Nacional de Seguridad Vial, donde señala que las mujeres utilizan más el cinturón de seguridad que los varones (62,5% vs. 53,4%) cuando conducen, y 44,5% vs 39,1% cuando van de acompañantes. Además, son más respetuosas de las señales del semáforo que los varones, tanto en calidad de conductoras de automóviles (96,5% vs. 94,5% respectivamente), motos (84,6% vs. 77,4% respectivamente) y bicicletas (58,5% vs 49,9%, respectivamente). Mientras que en el traslado de los más chicos, cuando la conductora es mujer, los chicos viajan con la protección correspondiente el (31,2% vs 24,6% cuando conduce un varón).

Si pasamos a las motos, las mujeres usan menos el casco que los varones (60,7% vs. 70,6% respectivamente). Sin embargo, hay que destacar que estudios observacionales realizados en diferentes localidades del país comienzan a marcar que las mujeres utilizan cada vez más el casco como conductoras de moto e incluso su uso llega a superar al de los varones en algunas jurisdicciones.

Es importante remarcar también que las mujeres dicen tener mayor conciencia del riesgo respecto a exceder la velocidad que los varones (69% vs 60% respectivamente), mientras que, los varones, declaran mayor frecuencia de conducción superando los límites de velocidad permitidos que las mujeres para todos los tipos de vías de circulación: en autos 21% vs. 14%, y en motos 16% vs. 7%.

Durante el 2022 el Sistema Nacional de Infracciones informó unas 733.088. Y de ellas, siete de cada diez son masculinas. Es cierto que, como hay más conductores, están más expuestos al tránsito. Un dato curioso es que si bien el mal estacionamiento es la categoría más recurrente para ambos géneros, las mujeres superan en ésta a los varones, mientras que, el exceso de velocidad, que es la segunda más recurrente, se destaca más entre los varones respecto de las mujeres.

En cuanto al consumo de alcohol previo a conducir un vehículo, se detectan niveles más bajos entre las mujeres con respecto a los varones. Los datos actuales de controles de alcoholemia del período diciembre 2020 a febrero 2023 indican que la prevalencia de alcoholemias positivas entre los varones es el doble que entre las mujeres (4% vs. 2% respectivamente).

Manejar bien o mal no es un tema de género, sino de conductas y habilidades al volante. Sin embargo, los números dejan de manifiesto que los varones tienen una mayor tendencia a asumir riesgos e ir en búsqueda de nuevas sensaciones, lo que los lleva superar los límites de velocidad, conducir en forma temeraria o hacer sobrepasos en forma indebida, entre otras conductas. Desde el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI), marcan que en los cursos de conducción segura que dictan, los varones demuestran mayor habilidad tanto en la coordinación de brazos y piernas, como en los slalom realizados en la pista. Mientras que las mujeres son más precavidas, más receptivas a los consejos de seguridad vial, cumplen las consignas sin sobrepasar las velocidades y muestran mayor conciencia y percepción del riesgo. Por ejemplo, en la prueba de simulación de CESVI sólo el 10% de ellas superó la velocidad exigida, mientras que el 40% de los varones incrementó la velocidad máxima solicitada, a pesar de las recomendaciones previas donde se explicó que no debían ser superadas. Y sin duda, esto también es parte del arte del buen manejo.

El informe realizado por la ANSV demuestra que los estereotipos predominantes en la cultura vial asocian a los varones con las demostraciones de poder y fuerza, acciones propias de la violencia vial que se traslada a las calles, como, por ejemplo, las peleas de tránsito e insultos entre conductores y las picadas clandestinas. Mientras que las mujeres son vinculadas a un modelo que las coloca como “malas conductoras”, por tener un exceso de prudencia y por el respeto de las leyes de tránsito, conductas que en realidad contribuyen a una convivencia vial más amorosa.

Desde julio de 2021 quienes tramitan la Licencia Nacional de Conducir reciben una capacitación con perspectiva de género durante el curso de formación previo a su otorgamiento. El curso busca concientizar y repensar las formas de circular para reducir las conductas riesgosas y violentas en el espacio público. Desde su implementación, casi 200 mil personas completaron la capacitación de seguridad vial y género de la ANSV.

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