Bertha Ringer me inspira. Fue una mujer con alas. Un nombre seguramente desconocido para muchos o quizás, me atrevería a decir, para todos. Ella no solo fue la primera mujer al volante. También fue la primera persona, sin distinción de género, en manejar un auto en un trayecto de larga distancia. En el año 1888 condujo desde Mannheim hasta Pforzheim en Alemania. Un hecho realmente histórico que permitió lanzar a la fama mundial el auto que había inventado de su marido. Quizás si en vez de llamarla por su nombre de soltera la nombramos por su nombre de casada te suene: Bertha Benz. Se dice que ella fue tan importante como él para construir el prestigio de la compañía. Un dúo donde era muy difícil decir quien era el piloto y quien el copiloto. Los dos eran ambas cosas y esa igualdad me inspira.
Una siglo atrás, mujeres como Bertha había muy pocas. Hoy por suerte somos cada vez más. En el año 2011, en Argentina sacaron su licencia de conducir cerca de 250.000 mujeres. Cuatro años después la cifra se triplicó. Y para este año espero que los ídices muestren otro gran crecimiento. Cada vez más mujeres con alas. El 29 % de las nuevas licencias pertenecen al género femenino. Nada mal. Pero estoy convencida de que este porcentaje puede crecer. Y lo sé porque todos los días hablo con miles de mujeres que tienen el objetivo, sueño o deseo de manejar pero aún no se animan. Razones hay miles…No sé estacionar, se me queda en primera, no me animo en las avenidas, tuve una fea experiencia en un auto, la calle es muy machista, soy grande para aprender algo nuevo … La verdad es que la ley de la calle las paraliza. Los especialistas lo llaman “fobia al volante”. Una sensación de inseguridad e indefensión ante la vorágine del tránsito que pareciera un lugar donde triunfa el más fuerte y no el más respetuoso, precavido o prudente. Chicas, no más excusas. Como dicen los expertos en la materia, el miedo es un mecanismo natural de protección. La fobia se vence ganando seguridad interior. Todo es cuestión de autoestima, confianza y esto se logra con la práctica.
Soy una convencida que cada vez seremos más mujeres al volante. Un claro ejemplo de que el mundo de los autos cambió es este nuevo espacio en este suplemento. Las mujeres estamos dejando huella y cuando ponemos primera no nos para nadie.
Hablamos de miedo, hablamos de fobia, hablamos de pánico, hablamos de temor. Todos circ...
Aprender a manejar, no importa la edad.
Hace un tiempo les preguntamos a las que habían aprendido a manejar en academias, cuále...