VW Kombi: La vuelta de un clásico

Nos encanta. Nos da nostalgia. Fue el símbolo de largos viajes y aventuras. Y hasta hoy vemos varias por las calles. Era confiable y económica; y ahora es futurista y eléctrica manteniendo ese ADN retro.

Cuando nació, en 1950, contaba con un motor bóxer de cuatro cilindros, alojado en la parte trasera que entregaba 25 CV de potencia, y con él alcanzaba una velocidad máxima de de 80 km/h. Pero su gran virtud era que podía cargar hasta 760 kilos. Se convirtió en el vehículo ideal para la aventura y el camping, al estilo de una casa rodante. Así sus usuarias se vincularon con el concepto y se convirtió en un clásico que marcaba un estilo de vida. Con la movida de los eléctricos Volkswagen miró hacia atrás y revivió este modelo que dejó huella, y sin duda se convirtió en una de las más esperadas novedades de la industria, tal es así que agotó sus ventas en Europa.

Mide cerca de 4,70 metros de largo y ofrece un gran confort. Las plazas posteriores son espaciosas para tres personas, y sus butacas se pueden correr hacia adelante o atrás unos 15 cm, ya sea para ampliar el espacio de las piernas como para agrandar la capacidad de carga. Mientras que los asientos posteriores se pueden rebatir en un cuerpo, en dos cuerpos o en su totalidad. Y nn cuanto a su mecánica, todas las versiones cuentan con un motor eléctrico de 204 CV de potencia. La autonomía alcanza para recorrer casi 420 kilómetros.

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