Seguramente, alguna vez, paradas frente a una avenida congestionada nos hemos hecho la pregunta fatídica: ¿Cuánto más puede soportar la ciudad? Es decir, ¿cuántos vehículos y cuántas personas más pueden albergar las calles, las autopistas, las estaciones, los trenes y los ómnibus?
El 70 % de los autos que entra actualmente por los accesos porteños lo hace con un solo pasajero y hay millones de personas ingresando a la ciudad todos los días. A esto se suma el mal estado de los transportes públicos que empuja a los usuarios a preferir el automóvil.
Pero no siempre fue así. En la memoria de algunos de nosotros aún existen imágenes de mayor espacio, menos tiempo de viaje, menos humo, menos ruido, otras cadencias. Es necesario ponernos a pensar, entonces, cómo llegamos al punto en el que estamos.
El sistema de Carpooling consiste en que diversas personas comparten en determinados viajes el automóvil de un único propietario. La eficiencia óptima del auto compartido se produce cuando se cumplen estas tres condiciones:
– Proximidad en el origen y el destino de los ocupantes del auto (o, en su defecto, que el origen y destino de los ocupantes se encuentren a lo largo del recorrido)
– Coincidencia de horarios de ida y vuelta
– Viajes de tipo recurrente, principalmente de trabajo o estudios (que representan un 60% del total de motivos de desplazamiento, con lo cual es recomendable potenciar el Carpooling en los lugares de trabajo y estudio)
Para compartir el auto de manera sistemática es necesario establecer una serie de normas y compromisos entre los ocupantes que se deberán cumplir para evitar conflictos con respecto a:
– La propiedad y conducción del coche.
– Los gastos del viaje.
– La práctica diaria de compartir el auto.
Carpooling es un concepto que sirve para denominar el uso compartido de un auto por un conductor y uno o más pasajeros, usualmente involucrando cierta formalidad y frecuencia. Se trata de una práctica popularizada que reduce los costos asociados al uso del automóvil, y cuando es visto desde una perspectiva de su uso masivo, permite contribuir a reducir la polución y congestión vehicular. Otras ventajas de compartir el auto es la mayor disponibilidad de espacios para estacionamiento, lo que podría hacer de la ciudad un lugar más expedito en todo término. Además, las personas buscan formas menos estresantes de enfrentar la vida en la ciudad y ahorrar en gastos que cada vez crecen más en una sociedad de consumo.
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