Mi primera licencia:”Para mis 15 no pedí una fiesta, pedí un auto”

Manejar es algo que me encanta. Desde chiquita siempre lo seguía a mi papá para todos lados.
Cuando llegaron mis 15 años, no pedí una fiesta como querían todas mis amigas, sino que pedí un Volkswagen Polo azul. Mi deseo era que se disfrute en familia, así cuando yo tuviera 18 sólo tendría que sacar el registro.

Sin embargo, llegó el día en que cumplí 18 y mi papá no quería enseñarme a manejar. Es más, había dejado de pagar las cosas del auto, como por ejemplo el seguro, para que no lo use.

Cuando mis padres se separaron, mi mamá se quedó con el auto. Gracias a mis amigos que me ayudaron a practicar y a darme seguridad, pude aprender. Incluso se sumó a apoyarme mi mecánico, que junto a otros muchachos me enseñaron a estacionar.

En diciembre del 2016, ya estaba llegando a los 19 años y saqué el registro. Todo gracias a mucha gente que me ayudó y me dedicó tiempo.

Hoy en día manejar es una de las cosas que más me encantan, me dan seguridad y muchísima libertad.

Por suerte tengo a mi lado un gran hombre -mi novio Fernando- que también maneja y los dos somos muy compañeros a la hora de estar al volante. Es lindo que te lleven y es lindo llevar y viajar.

Así como yo pude, a pesar de que muchos consideraban que era chica o no querían que maneje por miedo a que me pase algo, hoy quiero ayudar a que, con estas palabras, más mujeres logren superar el miedo. Me gustaría que puedan sacar el registro y experimenten lo que yo siento, que es la libertad y la felicidad extrema.