ALEJANDRA VILLANI, solidaria de naturaleza. Su vocación de bombero fue ayudada cuando conoció a un bombero quien la inspiró en la elección de su profesión.
Sus primeros pasos dentro del cuartel de bomberos voluntarios de Pilar, fue cuando era muy joven. Comenzó como cuartelera, atendiendo solamente el teléfono. Pero su responsabilidad cambió cuando sus compañeros le contaban las cosas que realizaban en las salidas de servicio. Y ahí comenzó su gran vocación de rescate y ayuda a la comunidad. Por su perseverancia y profesionalismo subió de grado, fue directora de la escuela de cadetes e instructora de clases de los mayores.
Son 99 integrantes dentro del cuerpo de bomberos de Pilar. Ella es la única mujer. Pero siempre se hizo respetar y los hombres así lo tomaron. El conocimiento que fue obteniendo ha sido clave para tener un lugar en el cuartel. La mitad de los hombres la protege y la otra mitad la trata como uno más, con lo cuál ella se siente más cómoda.
Vivió 15 años en el cuartel y allí formó su familia junto a su marido, también bombero, hace 40 años. Al poco tiempo de casarse nació su primer hijo y a los 4 años nació su segundo hijo. Siempre vivieron en una casita dentro del cuartel, hasta hace poco, que se mudaron.
El doble rol de madre y bombero siempre fue difícil. Y si a esto le sumamos un tercero rol, porque también es esteticista, aún más. Al comienzo, cuando su primer hijo era muy niño, sólo ejercía trabajos operativos y lo hacía con él en brazos. Con su segundo hijo se sintió más canchera, pero el manejo de la culpa al dejar los hijos no logró superarlo hasta que recién ellos fueron más grandes. Pero parece que a sus hijos, ningún trauma les quedó, por que hoy ambos son bomberos y trabajan junto a ella en el cuartel de Pilar.
Hasta hace muy poco continuó trabajando en rescates y auxilios. Antes de salir a un operativo, algunos, “los más viejitos”, cierran los ojos enfocándose que va a salir todo bien. La seguridad de que todo va a estar bien, la da el equipo que son y la capacitación contante que reciben.
Hace un año y medio Alejandra sufrió un ACV. Enfermedad que hoy tanto escuchamos. Estuvo 9 meses recuperándose y hoy le quedan algunas secuelas que sólo ella nota. Hoy su consejo es vivir segundo a segundo, y no preocuparse por cosas que no tienen importancia. No cargarse de miles de actividades, muy característico de las mujeres. Alimentarse bien y hacer ejercicio. Y por sobre todas las cosas vivir con una sonrisa. Su recuperación fue gracias a la perseverancia, a la constancia en los ejercicios que le daban sus médicos y por sobre todas las cosas gracias a la ayuda y el cariño de su familia.
Hoy Alejandra sigue disfrutando sus días en el cuartel, su segunda familia. Bajó un cambio, en todo sentido. Pero sigue acelerando cuando se trata de ayudar a alguien!.
Nota extraída de nuestra revista digital, diciembre 2011
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