Cada vez más mujeres con pérdida parcial o total de la audición tramitan su licencia de conducir. En Argentina, la Ley Nacional de Tránsito lo permite, con un proceso adaptado para garantizar seguridad e inclusión. Te contamos paso a paso cómo hacerlo.
Cada vez más mujeres con hipoacusia eligen tramitar la licencia de conducir. La Ley Nacional de Tránsito establece que las personas con discapacidad auditiva pueden acceder al registro, siempre que se garantice su seguridad y la de los demás. En la Ciudad de Buenos Aires (al igual que en otras jurisdicciones del país) existen procedimientos específicos para acompañar este proceso y asegurar una evaluación justa e inclusiva.
El proceso es igual que para cualquier persona. Se inicia desde la web oficial del Gobierno de la Ciudad (o de la jurisdicción correspondiente) cumpliendo con los requisitos solicitados. Y en la declaración jurada de salud hay que indicar la condición de hipoacusia.
Al momento de solicitar el turno para los exámenes psicofísicos, en CABA, conviene elegir una de las sedes que cuentan con servicio de fonoaudiología: Sede Central Roca, Subsede 3, Punto de Atención Comuna 4, Sede Comunal 5, 11, 14 o ACA Libertador. Así se evita tener que ser redirigida luego.
Las conductoras con hipoacusia cumplen los mismos requisitos administrativos que cualquier otra persona, pero con la posibilidad de realizar las evaluaciones por escrito o con el acompañamiento de un intérprete.
Si el trámite se hace sin intérprete, la entrevista psicológica y los test se entregan por escrito.
En el área médica, se completa una declaración jurada de salud. En casos de hipoacusia severa, el profesional puede indicar una Prueba Funcional para evaluar si el vehículo necesita adaptaciones.
Si el médico lo considera necesario, la persona es derivada a la Sede Central Roca para realizar la Prueba Funcional. Desde allí pueden presentarse dos situaciones:
Si se aprueban ambas instancias, la conductora obtiene su licencia. Si no, puede pedir un nuevo turno de re-evaluación en la web oficial.
Las adaptaciones dependen del grado de hipoacusia y de la evaluación médica. En general, se recomiendan para reforzar la percepción de alertas o mejorar la visibilidad.
Entre las más habituales se encuentran:
La posibilidad de rendir con adaptaciones, intérprete o materiales escritos representa un gran avance hacia una movilidad más accesible. Manejar no solo implica libertad, también independencia, y hoy las mujeres con hipoacusia pueden lograrlo con procedimientos claros y acompañamiento profesional. En otras provincias, los pasos pueden variar, pero la base legal y médica es la misma: garantizar que cada persona tenga las condiciones necesarias para circular con seguridad.
En resumen: tener hipoacusia no impide manejar. Solo requiere cumplir con el proceso adecuado, informar la condición y realizar las evaluaciones necesarias. La seguridad vial y la inclusión van de la mano, y obtener la licencia es también un paso hacia una movilidad más igualitaria y autónoma.
Podés sacar tu licencia de conducir si tenés pérdida auditiva. Solo necesitás seguir un proceso con evaluaciones adaptadas.
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