Manejo seguro

Ceder el paso te hace más feliz

febrero 16, 2017
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Ceder el paso te hace más feliz. No está confirmado por ninguna universidad, ni por ningún científico. Pero está ratificado por mí que durante un año observé y registré los comportamientos en la calle del peatón y el automovilista.

Desde que aprendí a manejar de muy chica, tuve muy en claro que los valores con los que había sido criada por los increíbles papás que me tocaron, los iba a replicar a la hora de estar al volante. Uno de ellos era el respeto hacia el otro y la empatía. Por eso ese 20 de octubre de 1990 en que saqué mi primer licencia de conducir, comenzó el momento de poder combinar esa pasión fierrera que heredé de mi papá con la educación que había recibido desde chica. Mi gran desafío era lograr una mejor convivencia en las calles, algo que observaba que no sucedía muy seguido.

Una de mis grandes obsesiones fue la convivencia entre los autos y los peatones. Sabía que en muchas ciudades del mundo (y sin irnos muy lejos en Uruguay), el auto cedía el paso al peatón y los peatones cruzaban por el lugar correcto. La ley era igual en todas las ciudades, pero en algunas no se respetaba. Pero lo más extraño que las personas que no lo respetaban, cuando iban a otras ciudades, sí lo hacían. Realmente un comportamiento muy extraño.

En la Ciudad de Buenos Aires hace poco tiempo se hizo una campaña #SomosTodosPeatones, cedé el paso. Ayudó bastante a la concientización pero creo que falta mucho de todos nosotros para lograr que se respete en el 100% de los casos. Estoy convencida que esto no es sólo tarea de los que estamos al volante, sino también de cuando somos peatones. Puedo enumerar millones de situaciones que me pasan a diario que seguramente se van a sentir reflejadas. Al ceder el paso a un peatón pueden ocurrir varias cosas: 1) El peatón mira si hay semáforo (ya que realmente no entiende que frené para que pase). 2) El peatón te hace con la mano para que pases vos con el auto (como si el auto es el que tiene la prioridad). 3) El peatón cruza y te mira con una sonrisa que te alegra el corazón.

Y me quedo con este tercer punto. Ceder el paso te hace más feliz. Te lo puedo asegurar. Si tenés muchas situaciones donde el peatón cruza feliz y te lo agradece con una sonrisa, tu alma se va llenando de caras de felicidad y eso te queda para todo el día. Como todavía no es algo común que te cedan el paso al cruzar la calle, para los que están al volante podría ser como una de las obras del día. Ponernos en el lugar del otro hace bien. Lograr más alegría en las calles, genera un mejor clima en el tránsito. Disminuir los accidentes de tránsito. No me quiero olvidar del gran desafío personal que tuve que atravesar para no enloquecerme cuando el auto de atrás, empieza a tocar la bocina cuando frenás para ceder el paso. Años de meditación para evitar bajarme del auto y explicarle el motivo de mi frenada y tratar de educar. He llegado a pegar un cartel en la luneta del auto que decía: “Si freno en las esquinas, es porque estoy cediendo el paso a los peatones. NO TOQUES BOCINA.”. Puedo asegurar que se supera. Obviamente cuando son tus primeros años al volante es más difícil esta situación, pero con práctica se logra. ¡A la bocina no le tengas miedo!.

Te invito a ceder el paso y llenarte de sonrisas. Hoy me llevé la de un matrimonio de unos 85 años que cruzaban la calle de la mano y me regalaron a falta de una, dos sonrisas.

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