Hasta hace 30 años las cajas automáticas sólo se ofrecían en versiones de alta gama y, en nuestro país, no eran muy solicitadas. Con el tiempo sumaron adeptas y mientras en 2015 representaban apenas un 7% de los patentamientos, hoy el 35% de los 0 km que se venden son automáticos. Analizamos algunos detalles de esta transmisión.
“Son lentas“, “consumen más combustible“, “requieren más controles“, “son inaccesibles“… y podríamos nombrar muchos más comentarios que solíamos escuchar en cualquier charla y hoy podemos derribar con información sólida. Esta transmisión ha evolucionado de tal forma que hoy es muy solicitada en todos los segmentos. Sin duda se convirtió en la gran aliada de las conductoras que recorren cualquier ciudad del mundo.
Para tener una idea, en 2015, el 7% de los autos que se vendían en el país eran automáticos, y en 2022 representan un 35%. Tremendo salto que marca la gran aceptación que tienen en la actualidad. Tal es así que las marcas aumentaron su participación: en 2015 el 56% de los modelos que se ofrecían contaba con opción automática, hoy ese porcentaje subió a 72%.
¿Y en el mundo? En Estados Unidos el 95% de los vehículos son automáticos, en países europeos como Alemania, Suiza y Suecia el porcentaje es de 75%, y en Japón alcanza el 70%.
Pero esto es fácil de explicar teniendo en cuenta que años atrás hablábamos de cajas automáticas que contaban con pocas marchas (no más de 3), algo que alteraba claramente sus prestaciones. Eran lentas, consumían más y tenían ciertos tironéos que atentaban con la conducción placentera. Por ello solo la elegían aquellas que priorizaban su comodidad y facilidad de manejo.
Actualmente esto se modificó y las propuestas son muy eficientes. Sumaron marchas (hasta nueve en algunos casos), ofrecen la opción manual (con levas al volante) y mejoraron los consumos gracias a optimizar el funcionamiento (realizan el cambio de marcha en el momento adecuado). Por todo esto muchas nos escriben y nos dicen que manejar un automático es un “camino de ida“, y suele ser así, quien prueba un auto con una buena caja automática, difícilmente regrese a una manual.
Si nunca estuviste al volante de un auto con caja automática tenés que saber que habrá un pedal menos, no busques el embrague. Por lo tanto olvídate de la pierna izquierda para conducir. Eso es importante que lo internalices, ya que es muy usual que aquellas que tienen una larga historia conduciendo con caja manual, les quede algún reflejo de utilizar la pierna izquierda, y en algún momento presionen el freno con ella. OJO, porque si hacés eso el auto va a detenerse de forma muy brusca.
Acá solo tendrás que encender el auto, apretar el freno para pasar la palanca de P (parking) a Drive (D) y empezar a conducir solo con el acelerador y el freno cuando sea necesario. También puede resultarse raro estacionar, pero no es nada grave, te vas a acostumbrar en muy poco tiempo, te lo aseguro! Deberás poner R (reversa) y maniobrar como siempre. Y una vez que termines es vital que selecciones en la palanca la P. Recién allí podrás apagar el auto y retirar la llave.
Aclaramos que parking es una función de estacionamiento, no de freno de mano. En caso de que estaciones en una pendiente y necesites mantener el auto detenido tendrás que colocar el freno de mano y luego colocar la posición P. De lo contrario, todo el peso del auto se estaría concentrando en la caja.
Por otro lado, algunas seguidoras nos consultaron si en el momento de detenerse en un semáforo deben poner punto muerto (N) como harían en una caja manual. Si bien no está mal hacerlo, no es necesario ya que la caja está preparada para que, cuando te detenés por unos segundos, puedas seguir en la posición D y mantener el auto frenado con el pedal de freno.
¿Y qué significa la “L”? esa letra se refiere a Low, que significa bajo en inglés. Esta posición te va a ofrecer una mayor potencia del motor a bajas velocidades, y está pensada para que la utilices en condiciones específicas como pendientes pronunciadas, o situaciones que requieran un mayor control del auto, como los terrenos con barro o nieve.
Algunos fabricantes la sustituyen por los números 1, 2 y en ocasiones agregan el 3. Técnicamente le permite al motor trabajar a mayor revolución para facilitar un ascenso pronunciado o en su defecto, contener la tracción durante un descenso prolongado, lo que ayuda a gestionar los frenos. La posición Low que utilices dependerá el grado de inclinación, siendo el “1” para terrenos empinados a muy poca velocidad, mientras que el “2” y “3” para pendientes menos pronunciadas a velocidades bajas y medias.
Opciones para todas
Es importante que sepas que existen varias transmisiones automáticas y también están las denominadas robotizadas, que son un híbrido de las transmisiones manuales y las automáticas. Ya que en ellas el funcionamiento es mecánico, pero un “robot“ o centralita se encarga de pasar los cambios. En ellas tampoco vas a encontrar el pedal de embrague. Estas cajas son más económicas y proponen una conducción más limitada en el confort, ya que los tironeos y la lentitud en los pasos de marcha son frecuentes. Estas cajas suelen estar presente en mucho vehículos de entrada de gama usados que tienen varios años en el mercado. Algunos en ejemplos de éstas (Dualogic de Fiat, iMotion de Volkswagen o la Easytronic que utilizaba Chevrolet). Para sacarle mejor “jugo“ a este tipo de transmisión te recomendamos utilizarla en la función manual, donde vos misma podés hacer los cambios y lograr una respuesta más rápida y eficaz.
Y en el otro extremos existen las más avanzadas que hasta ofrecen varios modos de manejo, como el deportivo (Sport), el Manual (M), para tener la sensación de una caja convencional y el económico (Eco), que o priorizan el ahorro de combustible.
Más allá de la caja automá tica que elijas debés tener en cuenta el correcto mantenimiento. Desde la más antigua hasta la más moderna requieren una atención posventa. Por eso fíjate cuáles son las recomendaciones del manual de uso y realizá los chequeos correspondientes. Además, revisá el nivel del fluido de la caja regularmente.
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