Clara es la primera gerenta de RRHH de la fábrica que Renault tiene en Córdoba. Viajamos y conocimos a esta mujer que si bien sacó su licencia a los 33 años, tomó el volante cuando era chica y guarda lindos recuerdos de los viajes con su padre. Y si se le cruza un Renault 12, seguramente la sonrisa de su abuelo invada su corazón. Dejó Buenos Aires para establecerse en Córdoba e impulsar la incorporación de mujeres a la planta, que creció de un 12% a un 21%. Conocé su historia.
¿Cómo comenzó tu relación con la movilidad?
Hace 15 años que estoy en la industria. Empecé en una empresa que fabricaba asientos, luego en otra que producía paneles de instrumentos, después paragolpes, siempre en proveedoras de las terminales.
¿De chica te atraía ese mundo?
A mis hermanos les encantan los motores y en mi casa siempre tenía tres autos desarmados, para mí era algo habitual.
¿A qué edad aprendiste a manejar y quién te enseñó?
Me enseño mi papá cuando era muy chica, pero un día quise entrar el auto y choqué el portón de la casa. Esa experiencia me asustó y por diversas causas no agarré más el volante. Recién saqué la licencia a los 33 años luego de ir a una escuela de manejo. Primero me compré el auto, y eso me obligó a aprender. Para mí era una cuenta pendiente.
¿Cuál fue el primer auto que manejaste? ¿Y tu primer auto?
El primero que manejé fue un Ford Falcon, mi primer auto un Chevrolet Onix, y hoy disfruto los caminos cordobeses al volante de una Renault Alaskan.
¿El mejor viaje que tuviste al volante?
Sin duda, la primera vez que me animé a ir a la costa con mi hija de un año y medio. Romper el miedo que tenía de encarar la ruta y animarme a agarrar el volante para mí fue muy importante, fue una liberación total. Sentí independencia y libertad.
¿Cuando comenzaste a trabajar en Renault?
Hace un año y medio.
¿Qué significa para vos ser la primera gerenta de Recursos Humanos de la planta?
Estaba acostumbrada a trabajar con muchos hombres alrededor. Yo entré a Renault y no tomé conciencia. Creo que es la demostración del cambio que está haciendo la empresa. Y es una responsabilidad. Pero no pienso en eso sino en trabajar y tener un buen desempeño, en dejar una huella.
Una vez que te ofrecieron el cargo, ¿cuánto tardaste en decidirte sabiendo todos los cambios que debías hacer en tu vida?
No lo dudé. Venía buscando un cambio y así se dio. Yo vivía en Buenos Aires y me mudé a Córdoba con mi hija. Sumé muchísimas responsabilidades y a la vez gané calidad de vida. Salir y observar las sierras al atardecer te cambia, te conecta. Ir con mi hija al arroyo o a un parque son momentos únicos. Y a la vez no es fácil estar lejos de los amigos y la familia. Pero estoy feliz por la decisión.
¿Qué porcentaje de mujeres trabajan en la fábrica?
Hoy representan un 21%. Cuando ingresé eran un 12% y el gran crecimiento se dio con la incorporación del segundo turno, ya que el 42% de los que ingresaron fueron mujeres.
¿Cómo fue la recepción del programa y la evolución?
Fue buenísima. Pero cuando lo iniciamos las mujeres pensaban que no podían ingresar a Renault, por eso salimos con una campaña de comunicación para informar que estabámos contratando mujeres y las invitábamos a postularse. A la vez, la fábrica se adaptó. Tuvimos que acondicionarla. Hicimos baños, vestuarios, dos salas de lactancia, y trabajamos en la ergonomía de los puestos. Fue todo un proceso. No se dio de un día para el otro.
¿Cómo fueron recibidas por los varones?
Fue sorprendente, hasta ellas mismas se sintieron cuidadas y acompañadas. Hoy son pares y la integración de los equipos es muy buena.
Según tu mirada, ¿qué sienten las mujeres a la hora de empezar un trabajo donde antes no tenían un lugar?
Al comienzo con el temor de lo nuevo. En muchos sectores fueron pioneras, no había mujeres, ellas abrieron el camino. Hoy eso está totalmente normalizado. No hay género para los puestos. Pero hay mucho por trabajar. Durante 60 años en la fábrica la mayoría eran varones.
¿Qué se podría hacer para aumentar su participación?
Estamos trabajando en eso. Para 2025 apuntamos a lograr un 25% y en 2030 llegar al 30%.
Qué consejos le darías a las mujeres de la comunidad que quieren sumarse en ese mundo.
Que no se sientan menos. Somos distintos pero no menos.
Que se animen.
Y si desean algo, que sean persistentes.
¿Qué amás de ser una mujer al volante?
La libertad y la autonomía que te brinda.
¿Qué se te viene al alma al pensar en estas palabras?
Ser mujer: placer.
Saber manejar: satisfacción.
Auto: viaje.
Amigas: mates.
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